Cuenta la leyenda, la historia sobre un mago que vivía en un
hogar lejos de la ciudad, su familia era incomprendida, extraña, introvertida.
El joven mago, estudiaba en un colegio muy peculiar, un lugar pequeño, donde
profesores no había para poder completar, pasaba con horas libres en cada
momento, pasaba solo en un rincón, escribía y escribía en su cuaderno, escribía
una larga nota de amor, en su momento de concentración, otro compañero lo agredió,
le quito su cuaderno y a todo el colegio la nota leyó. No había nombre especifico
de a quien iba dirigida tal nota de amor, no había fecha ni día en donde la
vio, mas no dejo pasar, la vergüenza que en ese momento surgió, en un mar de
lagrimas, y un silencio incomodo el vivió, risas de todos los estudiantes después
escucho.
El joven mago entonces se levanto, con sus ojos hinchados por el
llanto, los puños cerro, empujo al compañero agresor, tomo su cuaderno y
simplemente se marcho…
Pasaron varios días de
desesperación, en su colegio, cada niño sabía lo que sucedió. Escuchaba las
risas de los jóvenes, la risa de sus maestros, hasta la risa del nombrado
director, el con la cabeza agachada, todo el día paso.
Una tarde un compañero muy peculiar lo siguió, vio que se desvió
de su hogar y hacia un profundo bosque se adentro, en ese trayecto el joven
mago se percato, que una silueta estaba de mas, empezó a correr y el compañero
lo mismo hizo tras de él, llegaron a un árbol, el más alto y longevo del lugar,
en donde apareció una bella dama y lo abrazo, seco sus lagrimas y con una
sonrisa en su rostro saludo, lo tomo de la mano, y la nota que su compañero leyó
el entrego, aquel “compañero” que lo siguió, impactado quedo, pues la belleza
de la dama del bosque lo enamoro… Se acerco lentamente a preguntar, el nombre
de la bella dama de aquel lugar, el joven mago enojado pregunto… ¿Qué haces en
este lugar? ¿Vienes a burlarte tú también de mi nota de amor? Déjame tranquilo,
Por favor.
El compañero se presento, el no había oído tal nota de la
que el joven mago hablaba, el no se ha burlado de aquella nota de amor, el
solamente quería entender la razón, del porque todos lo molestaban, porque
pasaba solo en un rincón.
Estiro su brazo, abrió su mano, y al joven mago estrecho, un
saludo frio, como el hielo de los polos, pues él no estaba acostumbrado a que
nadie lo saludara de esa manera tan cortes.
Le dijo su nombre, el joven mago lo acepto, pero él no
hablo, su nombre queda en la duda de aquel compañero, pues no quiere que nadie
se entere de su horrible identidad, la bella dama lo mismo hizo, quedaron los
tres en un silencio incomodo por un par de minutos y entonces voló, alzo el
vuelo, el ave más preciosa del planeta, ella, ella se despidió.
Volvió a casa con su nuevo amigo, el único que ha tenido,
volvieron riendo poco a poco, conociéndose mejor, preguntando qué ha pasado,
que se lo diga, por favor, siguieron su camino, cada quien por una calle con otro
destino, una meta alcanzada, una espada lanzada lejos del lugar de su amada, y
solo siguió, a su hogar el joven mago llego, sin decir nada, a su alcoba subió,
se quedo dormido, y con ella soñó.