martes, 16 de enero de 2018

LA CANCIÓN

Me encuentro entre la vida y la muerte

Entre la espada y la pared
Recordando tiempos aquellos
Donde la felicidad no era más que un cuento
Donde la realidad no era más que un sueño
Donde el temor no era más que un obscuro recuerdo
Me encuentro en el mismo borde hacia el abismo
Cuidando de un ángel que se ha ido
Dejándome abandonado en el acto mismo
Cuidando del recuerdo que quedara en el olvido
De un sueño que no tiene remedio
La pesadilla de todo amante nocturno
Buscando en si el conforte de lo absurdo
Hundido en lo más profundo de la marea
Muerto en el terrible frió de las tinieblas
Dejando un rastro de flores intactas
Dejando aquel árbol que vio mi ascenso 
Para en la muerte empezar mi descenso
He visto mi reflejo sin necesidad de un espejo
He visto mi vida terminar enseguida
He oído el llanto de mi familia
Que pesa en ellos la culpa de mi larga despedida
Un rastro de mentiras inauditas
El viaje de un soñador que no termina
Caminando en busca de una salida
La luz al final de un túnel
Puede representar la muerte de los Dioses
La mentira que más ha esperado la historia
las he oído todas
El olvido se está presentando
Mi memoria falla mientas sigo aquí, esperando
Y la música termina…
Se detiene el tiempo al ver aquella sonrisa brillar
Se mueren de envidia las flores al ver el viendo su cabello acaricia
Se muere el cielo de ver su belleza al amar
Y se siente el amanecer con el abrir de sus ojos
Aquel ultimo amanecer que conlleva a la locura
Al inmediato suicidio
Desde el más alto puente, el miedo ya no se torna presente
He hecho todo de mala manera
Y ahora…
La vida ha de tomar su venganza
Aquella tan fuerte y tormentosa
Cruel y espantosa
Que en el más lejano infierno me abandona
Así como la singular canción que sus labios cantaba
Así como aquella canción que nuestras mentes recodaban
La peculiar sinfonía que el eco susurraba
La canción de nuestra vida enterrada.

-Asesino-

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